Espacios para escribir

¿Quién en su vida no ha buscado su escondido o pequeño espacio para desarrollar su creatividad?

Para los grandes escritores, pienso que su espacio es vital, es su vida, dedican muchas horas y concentración para lograr su objetivo. En espacios excéntricos o raros han logrado culminar obras maravillosas.

Sin embargo, en los "pequeños captadores de sentimientos", -mi caso desde niña-, es la mente la que se acomoda al espacio, porque lo que escribo son pequeños retazos de mi vida que trato de plasmar en el momento en que los percibo. Son tu entorno, familia, ausencias, presencias... los que según tu estado de ánimo te motivan y así nacen relatos o poemas. Solo necesito en ese momento papel y bolígrafo para tomar mis primeros apuntes. Para dejar fluir mis sentimientos cualquier lugar me sirve: espacios con luz, cielo, flores, son mis aliados perfectos y toda la naturaleza a la que amo incondicionalmente desde niña.

Escribir a través de cristales en una cafetería tranquila, percibiendo el aroma de un café recién hecho, contemplando un bulevar ante mis ojos, es todo un deleite que me motiva.

Así, hace ya algún tiempo, escribí con mucho amor "La espera":

"Nos despide mayo con calor. Apenas una suave brisa recorre el bulevar.

La estilizada y frágil acacia me conmueve.

Desde mi rinconcito contemplo su danza. Sus ramas airosas manejan a la perfección la cadencia de sus alargadas hojas.

A veces se tiene el alma receptiva y magnifica el más sencillo y cotidiano quehacer de la naturaleza.

Espero a mi nieta, mi preciosa Marta, y la alegría de la espera hace que todo lo vea como es ella, toda encanto y dulzura, como la rama de la acacia."