Retazos de mi infancia
- Estrella Sánchez
- 10 feb
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 20 may

Retazos de mi infancia.
Detrás del ayuntamiento viejo, en una sala aneja estaba el parvulario
A los cinco años iba al parvulario que estaba situado detrás del Ayuntamiento viejo con niños de mi barrio,; los tres agarraditos de la mano salíamos a las cinco en punto, y atravesando el cemento (Plaza donde los mayores jugaban a la pelota vasca), llegábamos a la solana que hacia mi casa con la de Chonita,;allí en aquel agradable rincón, se juntaban nuestras madres a coser o tejer, el ratito que nosotros estábamos en aquella escuelita. -Para ellas era un momento sagrado, pues mientras tejían, hablaban de las cosas cotidianas del día a día. -Nada más vernos llegar, dejaban las labores en sus cestillos y extendían la mano derecha hacia nosotros y cada niño besábamos la mano de nuestras madres no sin antes haberles dado las bunas tardes; luego pacientemente ellas esperaban a que cada niño recitara el “Bendito sea.”
Finalizada esa oración de alabanza, entrabamos cada uno en nuestras casas para que nos dieran la merienda, que consistía en una rebanada de pan blanco untado (en mi caso,) con blanca manteca de cerdo espolvoreada de azúcar. A chonita su madre le daba el pan untado de mantequilla amarilla sin azúcar y en casa de Nico, solo había un mendrugo sin más.
- ¿Cuantas veces le pregunte a mi mamá porque Nico, solo merendaba un cacho de pan?? Y ante mi insistencia mi Madre me contestaba con paciencia.
Cuando seas mayor lo sabrás.
Y fui unos años más mayor…




