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Recuerdos de mi niñez

Actualizado: 10 jul

Avelina Fuentes


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De pequeña no pude ir a la escuela. Mi padre era pastor, por esta razón vivíamos en fincas, también en chozas que mi padre hacía con ramas y con la ayuda de mi madre, a veces lejos del pueblo, la distancia nos impedía ir a la escuela a mis dos hermanos y a mí.


Yo era la mayor de los tres, contaba siete años, a esa edad se tomaba la primera comunión y yo no sabía leer aun, como era obligatorio saberse el Catecismo, mi madre habló con el sacerdote del pueblo mas cercano para que yo la pudiera tomar y así me escolarizó en la escuela del pueblo que estaba a tres kilómetros de distancia de nuestra casa y yo tenia que ir andando.


Mi madre me acompañaba por el camino y me iba leyendo el Catecismo para que me lo aprendiera de memoria. Por las noches yo la escuchaba a la luz de un farol, me lo repetía una y otra vez hasta que lo aprendí a repetir como un loro.

Ella me preguntaba el Padrenuestro, los Mandamientos, la Salve, etc…de esa forma aprendí el Catecismo de memoria y así pude tomar mi primera Comunión.


Me gustó tanto la escuela que, como no tenía ni cuaderno, ni lápiz, escribía donde podía. Recuerdo que en el suelo del chozo mi madre había puesto piedras de pizarra, pues allí en el suelo, escribía yo con una piedra.

Escribía, letras y números que copiaba de papeles que mi madre traía del pueblo cuando iba a comprar y le envolvían las cosas.


Escribía y borraba con un trapo que le solía coger a mi madre, ella se enfadaba cuando me veía tirada en el suelo, pues solo tenia un vestido y no quería que lo manchara, pero yo solo quería aprender y no pensaba en el vestido, pues sentía envidia de los niños que en la escuela sabían leer.

Copiaba lo que el maestro escribía en la pizarra, después con las letras preguntaba que decían y de esa forma aprendí a escribir…


Con 23 años ya casada tuve la oportunidad de sacarme el graduado escolar asistiendo a clases nocturnas para mayores. Hace unos años pude entrar en la universidad de la experiencia. El día de mi graduación fuel día más feliz pues de alguna forma había logrado mi gran deseo de saber cada día más.



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