Elsa y el caracol
- Francisco Antonio Martín Iglesias
- 3 feb 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 20 may

Érase una vez una niña que sintió la curiosidad por entrar en la casa de un caracol. Supuso que dentro tendría alguna habitación, la cocina y hasta un salón en el que sentarse a leer. No lograba hacerse una idea de cómo estaría distribuido aquel hogar tan diminuto de estancias retorcidas. Pero quiso asomarse, necesitaba entrar en los habitáculos sin ventanas de su intriga. Habló con él, se pusieron de acuerdo, y al final el caracol dejó pasar a su imaginación hasta el interior de sus entrañas. El cuento acabó con el colorín colorado de todo lo que su ilusión fue capaz de contarle.




