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Correr

Paquita Hernández

Correr

Galopó tanto el corazón
por abarcar el infinito,
que, en su loca carrera,
se perdió lo mejor:
por no frenar, no vio
lo bueno que es, con calma,
apreciar lo pequeño, lo finito…

La mirada no capta los detalles
en tan veloz carrera.

¡Ay, loco corazón!
En tu ceguera
aprendiste algo nuevo:
la belleza y la ciencia
no se alcanzan al correr.
Hay que saber parar, 
para apreciar su esencia.

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