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Todas las entradas List

Una mañana de Abril
Una mañana de Abril salí a pasear
un día y encontré la primavera
que en el campo florecían, campos y bellas praderas,
que me invitan a pintar en mi papel de acuarela.
Los pájaros alegres cantan
de nuevo empieza la vida,
atrás quedó el frío invierno con su nieve derretida.
El río Tormes crece con sus aguas cristalinas,
y al pasar por Salamanca, lleva abundante crecida.

Tordillos
Yo nací en una bonita tierra, tierra de sol
y campos de trigo, donde hay gente
sencilla y buena que recuerdo con cariño.
tierra que me vio crecer al lado de
mis hermanos y primos.
donde mi madre me enseñó a rezar
y a enseñarme el buen camino.
nunca olvidaré a mi pueblo,
mi pueblo, llamado Tordillos.
Dios creo la tierra para todos
Y nos dijo trabajad.
Nos mostró una mesa vacía,
Y nos dijo, llenadla de pan.
Nos mostró un campo de batalla y nos dijo "construid la paz".
Nos sacó del desierto con el alba, y nos dijo, mi luz os guiará.
Puso una herramienta en nuestras manos y nos dijo,
Es tiempo de crear.
Su inmenso poder es infinito,
Sobre el cielo la tierra y el mar.

Son días
Voy agotando los recursos
que tengo para mitigar mis penas,
voy buscando mil formas
cada día,
para frenar y soportar
tu ausencia.
Tú eras mi otra mitad,
la luz que iluminaba mi existencia
y te fuiste sin mí…
para coger la senda
de otra vida
llevando mi mitad dentro de ti.

En la cafetería
¿Qué pensará…?
¿A dónde dirige su perdida mirada?
A menudo la veo.
Yo tomo mi café,
ella con su infusión cerca de la ventana.
Es mayor,
sus sienes están blancas.
Su figura elegante y a la vez encorvada.
Blancas sus manos lentas,
muy flacas y alargadas.
Insistente y sin prisas
no cambia su mirada.
De la plaza cercana, entra un rayo de sol
y se prende en sus canas.
Quisiera preguntarle…
¿Me diría qué ve su perdida mirada…?
¿Verá el jardín con flores,
en medio de la plaza,
o sólo ve el invierno
que asoma en su mirada?

Correr
Galopó tanto el corazón
por abarcar el infinito,
que, en su loca carrera,
se perdió lo mejor:
por no frenar, no vio
lo bueno que es, con calma,
apreciar lo pequeño, lo finito…
La mirada no capta los detalles
en tan veloz carrera.
¡Ay, loco corazón!
En tu ceguera
aprendiste algo nuevo:
la belleza y la ciencia
no se alcanzan al correr.
Hay que saber parar,
para apreciar su esencia.

Dos personas muy mayores cogidas de la mano
¡Cómo te he recordado!
A tu lado, con mi mano en la tuya
te sueño caminando.
¡Cuánto amor recibido…!
¡Cuánto amor dado…!
Dando gracias a Dios
por todo lo vivido
contigo caminando.
Charlas interminables,
el campo y la familia
en nuestros labios…
Y, cuando uno de los dos se va
no se acaba el camino
hay que seguir en él,
siempre avanzando.
Llegará el día
que al final del camino
se juntarán de nuevo
nuestras manos
y, tendremos entonces,
toda una eternidad
para seguir soñando.

Si yo hubiera sido una montaña
Hubiera alcanzado con mis manos el cielo.
Sobre la nieve blanca y pura de mi cumbre
entonaría cada día una plegaria:
“que se acabe el dolor,
que en mí crezca la esperanza”.
Y en mis bosques silentes,
a la luz de la luna plateada,
escuchar el susurro del viento,
el correr de un arroyo
entre árboles, musgos y retama.
Mi falda, de un verde luminoso,
sería cobijo de pájaros y flores,
tomillos, peonías, zapatitos de dama…
Cervatillos y ardillas pondrían
la nota de calor y de paz
a mi alma curtida de borrascas.
Y no faltaría mi estandarte con su lema
¡amar y respetar a la montaña!

Mi ventana
Es mi ventana un mundo
entrañable y sencillo.
Es mi ventana un mundo
de verdad y espejismos.
Si es alta mi ventana
abarca el infinito.
Si arrecia la borrasca
y empaña los cristales,
borrosa es mi ventana.
Siempre un mundo distinto
si miro con los ojos de mi cuerpo
o veo con los ojos de mi alma.

Ojos que no ven
Oídos que se agudizan hasta alcanzar ondas y susurros imposibles
Manos que se sensibilizan y descubren tersuras y rugosidades inimaginables
Nariz que guarda aromas y esencias inverosímiles de todos los pétalos de todas las primaveras.
Boca que recoge y mezcla sabores de besos de chocolate y leche condensada indisolubles
Ojos que no ven, corazón que sí siente

La golondrina
Golondrina viajera
¡Vuela!,¡ vuela!, ¡y vuela!
Me gusta mucho volar,
Y volar muy alto.
Recorrer grandes distancias
Y hacer viajes largos,
Vuelo de África a Europa ´
en invierno y en verano
cruzo a gran altura,
desiertos, mares y océanos,
sin detenerme demasiado.
Duermo y me alimento volando,
atrapo moscas y mosquitos
que encuentro a mi paso,
y sigo veloz y sin parar,
hasta encontrar el clima deseado.
Pero ya es hora de reposar
y de mostrar mis encantos.
Golondrina viajera,
¡Vuela!, ¡vuela y vuela!
En uno de mis viajes
conocí a un galán,
con mucho afán de conquistar,
yo, con mis ganas de volar,
mi belleza natural,
y mi gracia viajera,
conseguí sin más que me siguiera.
Coqueta y vanidosa,
hacendosa y voluntariosa,
preparé mi cita de amor,
con esmero y dedicación,
Con mirada seductora,
y mi canto alegre y juguetón,
quiero llamar su atención,
Me paseo delante de él,
con elegancia y sencillez,
acentuando mi esbeltez.
movía mi cola ahorquillada,
y revoloteaba con mis alas alargadas,
giraba mi pequeña cabeza.
con colores de belleza:
frente y garganta pardo rojizas.
y una banda azul que me caracterizan.
La expresión de mi rostro,
el movimiento de mi cuerpo,
El trisar de mi canción,
Sin palabras expresaba,
la emoción de amor,
¡estaba enamorada!
¡él lo notaba!
Con esta primera impresión,
hizo tilín su corazón.
Golondrina viajera,
¡Vuela!, ¡vuela y vuela!
Me engalané para la ocasión,
Elegí mi mejor vestido
con variedad de colorido,
parte superior azul metálico,
que quitan el sentido,
parte inferior blanco y nacarado
y mi galán se quedó pasmado.
Me puse un collar pardo y rojizo
que le impresionó con regocijo.
Piquito a Piquito y abrazaditos
Con alegría y pasión
me declaró su amor.
Creamos vínculos de unión
Que sellamos con una canción,
llena de alegría, paz y amor.
Golondrina viajera,
¡Vuela!, ¡vuela y vuela!
Después de prometernos fidelidad,
Juntos comenzamos de nuevo a viajar,
y nos paramos a pensar
¡donde y como construir,
nuestro hogar con creatividad!
Elegimos nuestra casa.
¡Que alegría para mi!
contemplar esas ganas de vivir,
con tanta ilusión y esperanza.
Dia a día, minuto a minuto
Y sin detenernos ni un segundo,
Adherente a una esquina,
y en una superficie plana,
construimos nuestro nido de amor,
Con bolitas de barro y paja,
que encajábamos con gran precisión
para darle forma de taza.
¡Bonita casa! dicen con admiración
todo el que pasa,
Aún está vacía,
Hay que llenarla de alegría y calor,
Pensamos en cinco polluelos alrededor.
Golondrina viajera,
¡Vuela!, ¡vuela! y ¡vuela!
¡Que ilusión ¡, con nuestro amor,
vinieron, no cinco polluelos, sino dos,
¡Que alboroto ¡con su aleteo
y con su gorgojeo, pio, pio, pio,
formaban una ruidosa canción,
que escuchamos con atención.
Sus notas reclamaban
alimentación y protección,
Los alimentabamos en colaboración,
para sacarlos adelante,
nos esforzamos por darles lo mejor.
¡Los veíamos tan hermosos!
¡y tan llenos de luz y color!
Que el nido resplandecía
e irradiaba, paz y amor,
Los polluelos iban creciendo,
el nido se iba quedando pequeño,
Y sin darnos cuenta, con nuestra ayuda,
volaron hacia el exterior,
construyendo su nuevo nido de amor,
Ya no nos dan calor, pero seguimos unidos,
y cuando llega el frio,
volvemos a volar y volar muy alto,
cruzando mares, continentes y océanos,
para de nuevo encontrar,
en nuestro nuevo hogar,
el clima deseado,
Golondrina viajera,
¡Vuela!, ¡vuela ¡y ¡vuela!
Al llegar la primavera
regresamos en bandada
a nuestro mismo hogar de años atrás,
recordando y añorando,
nuestro bonito estar.
Todos nuestros vecinos
impacientes nos esperaban
pues les traíamos mucha suerte,
la suerte deseada.
Nos recibía con alegría,
nuestra España vaciada,
que deseaba llenar su vacío,
con sonido, ilusión y colorido.
Golondrina viajera,
¡Vuela!, ¡vuela! Y¡ vuela!.
Moraleja:
“Haz como la golondrina”
¡Vuela siempre muy alto!
Y muestra a los demás tus encantos,
Contra viento y marea, sigue volando,
no te detengas ante la adversidad,
Muestra la alegría de vivir,
construyendo paso a paso,
bolita a bolita tu porvenir.
Ante nuestra España vaciada
y el riesgo de extinción de las golondrinas.
¡Solo me queda gritar! y gritar muy alto!:
¡queremos una España rural llena de vida!
“Queremos un mundo con golondrinas”.

Mi guitarra
¡Canta guitarra!
¡Canta guitarra mía!
Que suene con fuerza tu melodía,
Abre las puertas al amanecer,
Deja entrar el sol en tu interior,
y llénalo de colores de alegría,
sigue cantando fuerte,
Y genera más energía,
para salvar los escollos, de cada día,
Suena cada vez más alto,
para celebrar la vida
para reír y bailar de paz y alegría.
¡Canta guitarra!
¡Canta guitarra mía!
Con mis dedos cariñosos,
Sobre tus cuerdas tensas,
Se crea una fuente, dé energía inmensa,
Que brota a borbotones, con agua fresca,
y riega los corazones, de esa alegría intensa.
¡Canta guitarra!
¡Canta guitarra mía!
Abre tus puertas al atardecer,
Y deja entrar en tu interior,
La luna llena de energía, y siente el placer,
De vivir con plenitud cada día,
Celebra una fiesta, se agradecida,
Canta y canta con alegría, al terminar el día.
¡Canta Guitarra!
¡Canta guitarra mía!
Sigue cantando noche y día,
No dejes de sonar nunca y transmitir, tu energía.
Aumenta el volumen del sonido
Para contagiar de alegría, al mundo en que vivimos
¡Celebra el regalo de la vida!
¡Vive la vida con alegría!
¡Se agradecida!
¡Guitarra mía!

Al abrir la puerta
Pregunta la Profesora:
¿Que ves al abrir La Puerta?
-Al abrir la Puerta vi reír al rio-.
Ríe risueño el rio,
resbalándose entre rocas
rugosas y cantos rodados,
rugiendo placenteros, los rápidos
remolinos de espuma rizada;
regando la reseca ribera,
gotas de aguas y escarcha.
Aspirando luminosos sabores
que traen vientos de colores
amarillos, blancos y rosáceos,
de retamas, escaramujos y jaras.

