Ya nada imprescindible para nadie
- José Luis Ramos
- 19 oct 2020
- 1 Min. de lectura

Cuando has llegado aquí,
Y estás conforme.
Escuchando el barullo de la vida
Lo mismo que el sonar de las campanas
Una tarde de otoño.
Y no te inquieta nada,
Y esos gritos del odio del que manda.
Los oíste ya mil veces
Y sabes, que es fanfarria solamente
Y que de todo eso, al fin no queda nada.
Y quieres que te afecte
Solo lo más cercano,
Ir a comprar un libro,
Hacer un crucigrama,
Y oyes, sin interés, porque lo olvidas
La lucha de los otros, sin envidia.
Que todo ese barullo, a los dos días,
Es niebla del el pasado.
Y en lo que te concierne,
La lucha por llegar,
Quedó muy lejos...
El relumbrón, el ser reconocido,
Y esa sonrisa tuya al recordar
Las cosas que has vivido...
Los gritos, los miedos, las carreras,
Trabajar hasta tarde... para nada.
Y los tuyos lo saben.
A tu montón de arrugas
Tan solo le interesa,
Pintar una mándala, leer un libro,
Escribir lo que piensas, quizá...
Escribir un cuento para Julia
Pasear al sol de mayo...
O un baño en la piscina.
Lo otro, se fue y no importa,
¡Se han quedado en un sueño
Tantas cosas...!
Ahora tan solo importa
Estar, Y ya que estás,
Disfrutar de los tuyos,
Eso sí, eso te importa
No en balde eres humano..
Y hay cosas que te gustan
Cantar, sin mascarilla,
Comer, beber, ver cine,
Leer un libro
A la sombra, en un parque.
Sentirte, sin desdoro, un hombre con sus años
Ya nada imprescindible para nadie.




